jueves, 9 de diciembre de 2021

Nunca nada fue tan bello

 Nunca nada fue tan bello,

como aquel despertar.

Después de llorar y llorar,

de sollozar y encontrarme frente al espejo,

y verme y preguntarme; ¿Quién eres tú?


Vi en mis ojos, aquellos llenos de lagrimas;

un atisbo de esperanza,

un rayito de sol,

entre tantas manchas de mi pardo iris.


Y después de tantas y tantas horas enfrente de mí,

pude ver sin lagrimas; una sonrisa en la cara.

Después de tantas y tantas noches,

que sola andaba, descubrí por  el camino;

una gata que maullaba.


La vi y en sus ojos; vi su alma

me miraba como si quisiera que la acariciara

pero yo tan tonta miraba y miraba,

y tan embobada me quede cuando me di cuenta

que era yo otra vez la que miraba.


¿Pero y la gata? 

¿Dónde se ha perdido?

Tal vez en algún tejado se ha escondido,

o en algún hogar se habrá metido.


Espero encontrarla un día,

poder abrazarla y decirle quien soy.

Algún día ella será más que una gata perdida,

será mi amiga, mi confidente; mi aliada en vida.


Ella; la que maúlla de noche.

 Y mientras yo; la que llora de día.

Me cansé de maullar, 

me he cansado de llorar.


Dichosa me siento al poder despertar.


Nunca nada fue tan bello como aquel despertar,

pero hizo falta muchos sueños y pesadillas;

para continuar.